Antes de que se inventaran los libros o el lápiz labial, las mujeres volaban agitando velozmente sus trenzas y extendiendo sus amplias faldas de seda que se inflaban con el viento. Desde abajo, los hombres sufrían de verlas tan felices y distantes. Querían olerles el cuello y besarles las pestañas, revolcarse con ellas en el pasto y ser alzados en un lento abrazo, pero las mujeres huían sin contestar siquiera el saludo. Aunque a veces, por razones incomprensibles, alguna si se detenìa y de un beso hacia flotar al elegido.
Pobrecito, esta enamorado!, exclamaban los demás, con los ojos llenos de lágrimas, hasta que un día, en vez de esperar su turno, decidieron cazarlas con recordes y cortarle las trenzas. Las acusaron de envenenarlos con pasiones malsanas y ser malignas, vanidosas y feas. Las obligaron a lavar platos y fregar pisos.
A las que no se sometieron las quemaron vivas…
Luego de siglos de aprender que eran torpes e inferiores, las mujeres olvidaron su increible don, y del arte de volar ya no quedan sino las faldas, las escobas, las historias de brujas y una que otra niña que, en su deseo de volar, saltan la cuerda agitando por un instante las trenzas…
-. Z U R Y T H A .- 
Pues dejeme le informo que no es por contradecirle peroooo… aunque sea pocas pero aún existimos aquellas que no sucumbimos al encanto de la fregadera de platos y pisos y nos escapamos de la chichinada…. que bueno leerle… Besos desvelados y echiceros….PD: por cierto las mejores y pocas brujas que aun existen son poblanas=P
Creí que las lineas enemigas ya habian pasado la trinchera. Pero veo ke no es así. Genial texto. Esa especie de surrealismo plasmado con semejante simbolismo es encantador. Aunque sinceramente al comenzar a leerlo esperaba algo de tu humor clasico, pero olvidaba que de vez en cuando te pones soñador.saludos